Jorge Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899 – como le agradaba decir, en el último año del siglo XIX.
Sus padres fueron Jorge Guillermo Borges, y Leonor Acevedo Suárez.
En su genealogía había un “doble linaje”. Uno militar y criollo, por un lado, otro británico y erudito, por el otro.
El linaje militar estaba conformado por sus antepasados maternos entre los cuales figuraban varios héroes de la independencia y hombres que lucharon en las guerras civiles argentinas del siglo XIX. A estos se agregaba su abuelo paterno, Francisco Borges, un coronel de destacada actuación que buscó voluntariamente la muerte en la batalla de La Verde, en 1874.
Su linaje inglés y literario estaba representado por su abuela paterna, Frances Haslam, nacida, Staffordshire. Esta era una gran lectora y descendía de un vasto clan de escritores, intelectuales y predicadores ingleses, cuya cultura se encargó de transmitir a las generaciones siguientes. La influencia de esta abuela inglesa se duplicó tras la muerte de su marido, el Coronel Borges. Debió educar a su hijo Jorge Guillermo, futuro padre del escritor, en soledad. Pero Frances Haslam nunca habló bien el castellano. De modo que aunque era mitad británico y mitad criollo, el padre de Borges se crió en un hogar donde el idioma y la cultura eran exclusivamente ingleses
Jorge Guillermo Borges tenía aspiraciones de ser escritor, pero estas se vieron truncadas por la ceguera hereditaria que había heredado de su madre. Cuando perdió la vista siendo aún relativamente joven, le transmitió a su hijo un mandato literario. Aunque ahora nos parezca absurdo, Borges sintió “la discordia de sus dos linajes” y durante toda la vida arrastró la culpa de no haber sido, como las otras ramas de sus antepasados, un hombre de acción y coraje. Deploraba “no haber caído, como otros de mi sangre, en la batalla. Ser en la vana noche el que cuenta las sílabas.”
En 1901 la familia se instaló en el barrio de Palermo, que por entonces era un barrio periférico donde la ciudad urbana se desvanecía en la llanura. Aquel territorio, conocido como “las orillas”, estaba poblado de cuchilleros y malevos. La infancia de Borges transcurrió, sin embargo, en el ámbito protegido de su casa, entre los libros de la biblioteca de su padre.
Jorge Guillermo Borges era además amigo de varios escritores y siendo un niño Borges asistía a largas conversaciones sobre temas literarios entre sus padres y sus sucesivas visitas. Su padre le transmitió además sus conocimientos de filosofía. Escribe Borges:
Cuando yo era todavía muy joven, con la ayuda de un tablero de ajedrez, me explicó las paradojas de Zenón: Aquiles y la tortuga, el vuelo inmóvil de la flecha, la imposibilidad del movimiento. Más tarde, sin mencionar el nombre de Berkeley, hizo todo lo posible por enseñarme los rudimentos del idealismo
El vínculo de Borges con sus padres fue cercano y significativo. De su padre afirma el escritor:
Mi padre era muy inteligente y como todos los hombres inteligentes muy bondadoso [y] tan modesto que hubiera preferido ser invisible […] Sus poetas favoritos eran Shelley, Keats y Swinburne. Como lector tenía dos intereses: metafísica y psicología, y en segundo lugar, libros y literaturas del oriente."
Asimismo, el escritor recuerda: